lunes, 19 de mayo de 2008

El Voto.


INTRODUCCION

Al escoger El Voto como tema para abordar y tocar a fondo, en el subsector de Realidad Nacional, fue por el hecho de dar a conocer detalles de este derecho que tiene cada ciudadano en elegir el candidato (ya sea presidencial, municipal, de la cámara de senadores, diputados, etc) que reúna las características e ideales para satisfacer las necesidades del ciudadano.

Lamentablemente se ha asociado que: “los partidos de derecha representan sólo el interés y necesidad de la clase social más acomodada del país” , que ”los partidos de izquierda representan a su vez sólo las necesidades de los obreros” y “los de centro a los de la clase media”, aunque muchas veces esta asociación no ha sido correcta. Tenemos el ejemplo clave de cuando el ex presidente Eduardo Frei Montalvo en uno de sus discursos dijo: “Yo me preocuparé por la clase media olvidada” (aunque no es la cita textual, pero es la idea). En esta frase se logra distinguir que la Democracia Cristiana anteriormente no se había preocupado por el sector que “se suponía era a quien representaba” por ser éste un partido de centro.

Cabe destacar, además, que a pesar de que cierto partido apoye las necesidades de la clase social a la que represente, sus partidarios de éste hacen una “propaganda engañosa” al dar a conocer sus campañas políticas por el sólo hecho de querer ofrecer algo que no están seguros de poder realizar, prometen cosas que no saben si serán capaces de cumplir en el período que tengan para efectuarlas.

A pesar de que prometan una docena de flores y sólo entreguen seis los ciudadanos del estrato social más bajo de nuestro país sigue creyendo en las promesas de los candidatos electorales, puesto que éstos poseen el poder del convencimiento y prácticamente aprovechándose de la ignorancia de nuestros compatriotas más humildes y alejados de la educación.

Es por esto que el voto es un derecho de cada ciudadano, pero a la vez es un deber cívico. Por lo tanto quien no está inscrito en el registro electoral, sólo posee el derecho a voz pero no así el derecho de alegatos si la forma de “gobernar” de la autoridad elegida no satisface sus necesidades.

El tema en cuestión me resultó un poco complicado de abordar, pues no es un tema fácil ya que consta de varias etapas en Chile y cada una de ellas un tanto compleja de explicar.

DESARROLLO

La pobreza es una condición en la que no se posee lo necesario para vivir. Para Latino América y la ONU, una persona es pobre cuando no puede satisfacer sus necesidades básicas, como el alimento, vivienda, salud, educación, etc. En tanto según la Unión Europea, la persona pobre es quien tiene un ingreso que se ubica debajo del 60% de la mediana de la distribución del ingreso del país, por tanto se puede ser pobre y tener las necesidades básicas satisfechas.

La pobreza puede analizarse desde distintos lados, algunos de estos pertenecen al campo de la moral, como la declinación de la familia o la adicción a las drogas; otros, pertenecen al campo de la política; y otros son del dominio de la ciencia económica.

La pobreza no es gracias a la falta de recursos naturales ni de un territorio nacional reducido.

La desgracia de los pobres no es provocada por el hecho de que algunas personas o compañías tienen un gran poder económico, ni porque la brecha entre ricos y pobres se ensancha. La avaricia por parte de ricos no es la culpable.

Las causas de la pobreza son otras. Existen estructuras económicas que impiden el progreso de la gente pobre y que la situación empobrecedora continúe. Si no las reconocemos y las corregimos, difícilmente podremos crear prosperidad, sin importar el tiempo que dediquemos a esta labor, ni los recursos que necesitemos, ni el dinero que invirtamos, a la solución de este gran problema que es la pobreza (y lo menciono en plural ya que todos podemos aportar aunque sea con un granito de arena para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que necesitan una mano).

La pobreza es el resultado de una estructura económica deficiente, porque el Estado tiene capital, pero no lo ha sabido invertir en los reales problemas que tiene la sociedad en que vivimos, ya que si fuera así, la pobreza hubiera disminuido más de 1.8 puntos porcentuales según la encuesta CASEN del año 2003 con respecto al año 2000. Ésta encuentra ha revelado que la pobreza en Chile ha disminuido de un 20,6% que existía en el año 2000 a un 18.8% en el año 2003 lo que significa que en ese período 173.400 personas lograron superar la condición de pobres. El 18.8% señalado equivalen a 2.907.700 personas que son pobres no indígenas e indigentes.

En el caso de los pobres no indígenas, entre el 2000 y el 2003 disminuyó de un 14,9% a un 14,1% (2.179.600 personas), lo que significa que 52.300 personas dejaron esta condición. En tanto, los pobres indigentes disminuyeron entre el 2000 al 2003 de 5,7% a 4,7%.En el 2000 habían 849.000 personas en indigencia y en el 2003 habían 728.100, lo cual significa que 120.900 personas salieron de esta situación.

Este estudio define como pobres a los hogares cuyos ingresos no alcanzan para satisfacer las necesidades básicas de sus miembros ($43.712 por persona en zona urbana, y $29.473 en zona rural).

Como indigentes se consideran los hogares que, aún cuando destinan todos sus ingresos a satisfacer las necesidades alimentarias 6.842 rural).

Esta encuesta demuestra también que de sus miembros, no logran cubrirlas adecuadamente ($21.856 urbano y $1 la situación de pobreza en Chile ha disminuido

La encuesta demuestra a la vez que a pesar de la mala distribución del ingreso en Chile, ésta es mejor que tres años atrás, porque los hogares más pobres mejoraron sus capacidades para generar ingresos y, por lo tanto, ganan más que en el año 2000.

Las cifras de la pobreza en Chile en el año 2003 son:

Chilenos pobres: 2.907.700 (que corresponden al 18.8%)

No indigentes: 2.179.600 (que son el 14.1% de la población)

Indigentes: 728.100 (4.7% de la población).

En cambio en la encuesta CASEN 2006 se puede apreciar el importante incremento en la escolaridad de la población de 18 años o más con respecto de 1990 y significativa reducción de las brechas entre zonas urbanas y rurales en el período 2003-2006. Es decir, que las generaciones más jóvenes presentan mayor escolaridad independiente de su situación socio-económica . Esto quiere decir que son estos jóvenes quienes han incrementado más su escolaridad con respecto a sus padres y abuelos.

También señala que la diferencia de integración a la educación es más pronunciada en la zona rural, que tienen 6.9 años más de escolaridad que sus abuelos y 3.6 más que sus padres, que en la zona urbana.

Con respecto a la mayor equidad e igualdad para entrar a la enseñanza media, ésta encuesta menciona que ha aumentado significativamente en los deciles de menores ingresos la población entre 20 y 24 años de edad que ha terminado su enseñanza media.

Junto con mantenerse los altos niveles de asistencia a algún establecimiento educacional entre 6 y 15 años, se puede ver un importante crecimiento en la tasa de asistencia entre 3 y 5 años de edad., de 15 a 18 y entre 22 y 24 años de edad.

En el año 2006el 36.9% de los niños y niñas de 0a 5 años estaba asistiendo a educación preescolar, este porcentaje aumenta a un 46% si se le adhieren los niños y niñas mayores de 5 años que asisten a este nivel.

Entre los años 2003 y 2006 la tasa neta de asistencia creció de un 25.4% a un 32.3% en el primer quintil, en el segundo quintil se aprecia un crecimiento de un 28.4% a un 34.1%, en el tercer quintil el crecimiento fue de 30.2% a un 38.4% y el en cuarto quintil fue de 31.2% a un 41.1%.

(Extracto de la encuesta CASEN 2006).

EL SUFRAGIO EN CHILE

El sufragio en Chile o por denominarlo de otra manera el proceso de votación en Chile ha sufrido evidentes transformaciones en su evolución hacia la democratización. Este proceso va desde los tiempos en que el sufragio en Chile era una cosa de la “elite”, es decir donde solo los grupos altos de la sociedad podían tener una participación en la vida política del país, hasta los tiempos actuales donde toda la sociedad cuenta con este derecho cívico.

La historia de Chile y del sufragio comienza evidentemente desde su descubrimiento en el siglo XVI. Durante los siglos coloniales la sociedad chilena estaba encabezada por la aristocracia hispano- criolla que poseía los mayores privilegios políticos y económicos dentro del reino. En general era casi solo este grupo el que decidía los destinos del país. Por ejemplo, la aristocracia controlaba las principales instituciones políticas del país tales como la Real Audiencia, encargada de las funciones judiciales y políticas del reino, y los cabildos que tenían atribuciones para elegir al gobernador, alcaldes y oidores.

Los otros sectores de la sociedad colonial no tenían ninguna inferencia en las desiciones políticas del país. Así como la aristocracia durante el periodo colonial controló al país, solo ellos podían elegir a las autoridades que gobernaban el reino. En consecuencia sería este grupo social quien podría manifestar su derecho cívico del sufragio. Todo el resto de la sociedad, vale decir grupos medios y pobres quedaban excluidos de este derecho trascendental de un ciudadano.

En la sociedad colonial solo los individuos con el carácter de ciudadano podían optar al sufragio, y en la práctica solo el grupo hispano- criollo (aun no se puede hablar de clases sociales hasta el siglo XIX) contaba con la ciudadanía. La ciudadanía se conseguía teniendo un cierto linaje social, bienes económicos, entre otros elementos. De esta manera los sectores más desposeídos de la sociedad no podían entre otras cosas dar su opinión política.

Con el paso del tiempo la cuestión fue cambiando poco a poco. Chile dejó de depender de España y comienza su camino republicano. Ahora nuestro país era libre para autogobernarse y elegir a sus propias autoridades, instituciones y leyes. Durante el siglo XIX la aristocracia conservadora, apegada a la iglesia católica y de fuerte autoritarismo presidencial, la aristocracia liberal, influida por la ilustración y por las corrientes liberales de Europa, más una nueva clase social llamada burguesía, controlaban política y económicamente al país. Tenían el poder sobre las empresas comerciales, bancos, agricultura y minería del país. Además controlaban el gobierno y el parlamento de Chile. Los presidentes y parlamentarios eran escogidos de este grupo selecto que gobernaba el país.

Hay varias razones que pueden explicar tal situación. Después de las guerras de independencia (1810-1823) la aristocracia chilena era el único grupo preparado para gobernar el país. Luego con los descubrimientos de la minería de plata en el norte chico nace la burguesía, una clase social que va aportar inversiones en materia de agricultura y obras públicas entre otras para el desarrollo económico de Chile.

Desde este punto de vista se puede comprender que en 1833, es decir apenas 10 años después de nuestra independencia, haya sido esta clase social la que haya promulgado una constitución política para el país donde por lo menos sobre el tema del sufragio aun se le diera solo participación a ciertos grupos de la sociedad. Este tipo de sistema electoral se conoce como censitario y fue redactado en la constitución de ese mismo año bajo las ideas de Diego portales.

En la constitución de 1833 se expresaba que el sufragio o votación solo contemplaba a los varones mayores de edad que tuviesen una propiedad o giro con un valor comercial determinado, fijado por la ley.

De esta forma se puede apreciar que el cuerpo electoral se va ampliando poco a poco si lo comparamos con el del periodo colonial que era muy inferior numéricamente al de la década de 1830. También hay que tener en cuenta que a comienzos de la época republicana hay un gran porcentaje de la población que no sabe leer ni escribir, requisito que generalmente se ocupa como criterio para discernir entre los que pueden votar y los que no, ya que probablemente muchas veces por falta de educación se puede restringir a ciertos grupos de la sociedad de votar. El punto elaborado por la constitución de 1833 sobre de que se debía tener una propiedad o giro determinado por la ley debe ir hacia el mismo lado, es decir que solo voten las personas que tengan un cierto nivel económico y educacional. Podrá parecer injusto y discriminatorio pero quizás muy entendible para la mentalidad conservadora de la época.

Sobre el tema de que en esta época las mujeres aun no voten, también está relacionado con la mentalidad social que se tiene sobre las mujeres. La sociedad occidental (durante la edad media y la colonia) y en medio oriente (la situación era aun peor) la mujeres eran vistas como inferiores intelectualmente, incapaces relativa y subyugadas al padre y al marido después. Recién en el siglo XX la mujer es mirada de otra forma, ingresando al campo laboral masivamente y educándose para ser profesional igual que el hombre.

Si la mujer fue vista de esta manera se puede entender por qué no era considerada para las votaciones en los países. En Chile durante la década de 1920 en el gobierno de Arturo Alessandri Palma este les concede el voto por primera vez a las mujeres en las votaciones municipales. Posteriormente en el año 1949 en el gobierno de Gabriel González Videla se les otorga el sufragio a las mujeres para las votaciones parlamentarias y presidenciales. De esta manera el sufragio se convierte en universal.

CONCLUSIONES

Como podemos apreciar el proceso de sufragio fue transformándose a lo largo de los siglos de nuestra historia, pasando de ser un privilegio de la aristocracia a ser un derecho de toda la población, completándose de esta manera el proceso de democratización de la sociedad chilena en este sentido.

En las votaciones populares la constitución indica que el sufragio es personal; es decir, que no es transferible o delegable, igualitario y secreto (los votos no llevan el nombre de quien lo emite). Además, es obligatorio para todos aquellos que se encuentren inscritos en los “Registros Electorales", que son responsabilidad del Servicio Electoral.

Pueden ejercer el derecho a sufragio, los chilenos o chilenas con dieciocho años de edad cumplidos o más y los extranjeros con cinco años o más de residencia en el país que se encuentren inscritos en el padrón del Servicio Electoral.

Por lo tanto dejo en evidencia el derecho del chileno en emitir su voto ante las elecciones, ya que a través de el se manifiesta la creencia en el candidato en el cual votó, dejando en sus manos el cumplimiento de los ideales que tiene cada individuo de nuestro país, teniendo derecho éste a alegatos, mientras que la persona que no vote no tiene aquel derecho.

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